Carlos Ginzburg

Vintage / Post-contemporáneo

Carlos Ginzburg: Vintage / Post-contemporáneo

 

 

¿Qué tienen en común mis obras de los 70 con las de los 2000?

 

A primera vista nada, y en realidad todo. La respuesta más larga y global es la siguiente, y la aprendí con el artista hoy fallecido Edgardo Antonio Vigo (quien a su vez la asimiló directamente de Duchamp, durante su viaje iniciático a Paris): el arte no es la representación (imagen o lenguaje) del hombre y del mundo, sino la presentación del hombre y del mundo. El arte es la situación humana total.

 

Más concretamente: siempre traté de formalizar a través de mi actividad artística las tendencias y las líneas de fuerza de la sociedad, que yo considero como las más determinantes de nuestra existencia.

 

En los años 70:

El turismo de masas (que sólo estaba en sus comienzos) que tematicé viajando yo mismo a través del mundo: todo América Latina por la ruta panamericana; U.S.A.; Canadá; África; Asia; Europa. Las obras se tradujeron principalmente en diarios de viaje (unos 200, de 200 páginas cada uno) personificando actividades de turista (muy exageradas y caricaturales).

 

Severo Sarduy y Pierre Restany fueron los críticos de arte que más escribieron sobre mis aventuras. Estas obras se encuentran en muchos museos del mundo, del Malba al Centre Pompidou y la Tate Modern de Londres.

 

Arte ecológico. Ya sea en el naturalismo integral de Restany o en la tesis de Bruno Latour sobre los híbridos, ninguna diferencia entre natura y cultura. Lo cual explica mi práctica doble de artista "sociólogo" y de artista "naturalista".

Señalo el texto de Germano Celant, publicado por Vigo, en el cuaderno 10 ideas de arte pobre. Actualmente se puede ver en la Tate de Londres, mi obra Muerte Natural, realizada en el desierto-salina del Bebedero, Argentina, 1970.

Glusberg expuso unas 20 intervenciones ecológicas en Arte de Sistemas, Museo de Arte Moderno de la ciudad de Buenos Aires.

 

En los años 2000:

Desde luego, las cuestiones del turismo y de la ecología se intensificaron sin límites. Pero el fenómeno mayor del siglo XXI (que absorbe sin eliminar, pero agravándolos, al turismo y a la ecología) es el Big Data controlado por una Inteligencia Artificial. Se instaura una nueva temporalidad de la existencia humana.

 

A partir de ello, el FUTURO precede al pasado y al presente. Es la gran tesis del filosofo de Berlín, Armen Avanessian, desarrollada en su libro Miamification. Es, por ejemplo, lo que vemos en el film Minority Report.

 

Entonces, mi obra, a fin de resonar con nuestro nuevo tiempo que es el futuro, no puede ser más un diario de viaje o un evento puntual en la natura. Realizo, a partir de mis acciones en el mundo, loops, recursiones donde el efecto precede a la causa, donde el futuro crea al futuro. Lo que el sociólogo Thomas Merton llamo la "profecía auto-realizadora".

 

Salgo completamente del régimen post-modernista de todo el arte citacional contemporáneo, y planteo un "ARTE POST-CONTEMPORANEO".

 

No vivimos más en lo actual, sino que vivimos según lo que nos predice el “futuro tecnológico”.

 

En la galería Henrique Faria Bueno Aires se ve una avalancha de loops, realizados en Madrid y en Budapest. También aviones que aterrizan (re-territorialización) o que se van (desterritorialización), también loops proliferantes de muchísimos años de practica artística socio-ecológica.

 

Culminando con algunos amores, locuras y muertes realizados en la “Ruta de la selva” de Misiones, para conmemorar los 100 años de la primera edición (1918) del libro Cuentos de la selva de Horacio Quiroga. Un gran FUTURISTA, desde mi modesto punto de vista.

 

 

Carlos Ginzburg

Septiembre 2018