Alicia Herrero

Una teoría visual de la distribución

El misterio de las medidas y los desbordes

La medición como un problema estético, económico y político es el punto de partida de esta exposición. Como otros artistas del presente, Alicia Herrero plantea la superación del conceptualismo a través del trabajo con una dimensión sensible. Y el terreno que eligió para esa superación es el de la puesta al desnudo de la medición y sus misterios, retomando así las meditaciones de Marcel Duchamp sobre las relaciones entre medir y desear. La muestra se divide en “Instrumental”, que elabora los cálculos monetarios en términos cromáticos y poéticos, y “Mobiliario” que convierte tópicos del análisis económico en objetos que ocupan lugar en el espacio. La estadística, las coordenadas, las planillas de cálculo, los gráficos de torta y de barras son usados para vincular el arte de la economía y la economía del arte. La elección no podía ser más acertada, porque en la medición se despliegan la numeración (abstracta, mental, cuantitativa, supuestamente previsible) y la materialidad (sensible, física, inclinada a lo aleatorio) sin, en apariencia, tocarse. Herrero hace colapsar esta diferencia e incursiona, según sus palabras, en la “condición visual y constructiva del universo estadístico” con estrategias que enfocan en conceptos visuales, que ya no son enteramente conceptuales ni estrictamente visuales. La coloración, la combinación de patrones o standards (para usar el término duchampiano), los materiales de uso cotidiano (acrílicos, maderas, telas plásticas, acetatos, aluminios) y la investigación interactúan con una contundencia estética que nos lleva al borde del delirio, allí donde toda medición tambalea pero a la vez se hace presente aun en aquello que no se puede medir. ¿Cómo pensar el misterio que une la medición monetaria y artística? Herrero avanza hacia ese misterio sin reducirlo a dimensiones didácticas o argumentativas: su tarea no es la de explicar sino la de poner las cosas en el ambiguo terreno de lo sensible. El delirio no es la obra en sí, sino el efecto que se produce al combinar cifras con expresiones sensibles, medidas y desbordes, colores y números como sucede con el mercado capitalista del arte.

                                                                                                                                            Gonzalo Aguilar

Investigador y docente en la Universidad de Buenos Aires y CONICET