Un arte de los cuerpos
Desde mediados de los años 60 el reinado de la abstracción geométrica, lírica e informal en las artes visuales de vanguardia se vio interrumpido por una serie de cuerpos que se posicionaron frente y en el lugar de la obra de arte. El cuerpo del artista se volvió el medio y herramienta sobre el cual representar e intervenir la realidad. No sólo se reconfiguró el rol del cuerpo individual del artista, sino también el cuerpo social a través del énfasis en la creación comunitaria; así como el cuerpo político en el contexto de las nuevas sociedades de masas y de los violentos procesos dictatoriales de los años 60 y 70. Asimismo, el cuerpo fue utilizado para desafiar los pruritos éticos existentes a partir de piezas con fuerte carga erótica que abogaban por la liberación sexual como medio de liberación social; al mismo tiempo que cuestionaban las tradicionales dicotomías de género en el marco de los movimientos feministas y queer. Combinando estas distintas estrategias, desde el arte se negoció al cuerpo físico como instrumento de acción, agitación, y resistencia.
Si Oscar Masotta teorizó el Arte de los Medios en los años 60, podríamos aventurar el surgimiento de un Arte de los Cuerpos. Los medios de comunicación masiva ofrecían interconexión y comunidad, pero siempre de forma mediada por la tecnología. El arte de los cuerpos surge en paralelo a esta tendencia, y por la relación estética directa y carnal que propone, ofrece una alternativa a dicha mediatización tecnológica. Hacia fines de los años 60, y particularmente durante los ‘70, el arte de los cuerpos tomaría también un rol clave ante los procesos de represión política que inundaron a la región. Las obras aquí exhibidas responden de forma creativa e independiente a este contexto artístico, político y social, siempre “poniendo” el cuerpo.
Aimé Iglesias Lukin (PhD Candidate, Rutgers University)
Sean Nesselrode Moncada (PhD Candidate, Institute of Fine Arts NYU)