Osvaldo Romberg:
Órdenes y Constelaciones
En el imaginario de países como el nuestro, se ha vuelto inevitable asociar la palabra “orden” con “rigidez”. Sin embargo, en su acepción original, un orden sugiere una relación profunda entre las cosas, una correlación basada en normas que admite ciertos grados de libertad.
La historia del arte es una historia de la evolución de esa relación en el terreno de la estética, que ha encarnado en estilos, escuelas y academias. Para éstas, la existencia de ciertos métodos y reglas de composición asentaba el terreno para el despliegue de la imaginación creativa. En cambio, pintores como Malevich o Mondrian buscaron un orden que les permitiera superar el subjetivismo del arte, confiando en la posibilidad de acceder, con su ayuda, a una verdad de los valores plásticos.
Por más de cuarenta años, Osvaldo Romberg se ha dedicado a analizar la producción de estos arquitectos de órdenes. Y en el proceso, ha puesto en evidencia el andamiaje estructural sobre el que descansan los sentimientos desordenados del gusto y la emoción estética. Enfrentando las figuras del genio, la inspiración y la espontaneidad, su trabajo desnuda procedimientos y tipologías que reconducen la actividad artística a sus fuentes objetivas, materialistas. Colores, perspectivas y pinceladas se tornan en sus obras los elementos de un lenguaje que, a pesar de su antigüedad, parecen revelarse por primera vez.
No obstante, el trabajo de Romberg no persigue ningún fin desacralizador. Más bien, su análisis pareciera ser un método singular para comprender la potencialidad de los órdenes en toda su dimensión. La instalación The Hanover Color Constellation 82-83 así lo demuestra. En ella, los colores del círculo cromático se van desplazando por la sala siguiendo una lógica formal estrictamente establecida: a cada punto del espacio le corresponde una tonalidad como dato objetivo, como verdad de color. En piezas como esta, Romberg confiesa su admiración por quienes hicieron de los valores plásticos elementos de un sistema de ordenada expresión.
Rodrigo Alonso