El 15 de marzo la galería Herlitzka & Co. inaugura Naturaleza moderna, exhibición de Hernán Marina que reúne una serie de grandes pinturas, la mayoría nunca antes exhibidas. El artista, que por primera vez incursiona en la pintura de manera formal, nos sumerge en una naturaleza hipnótica. Surgida en un momento crítico durante la pandemia, la serie nació de la necesidad del artista de “volver a lo más esencial”. El deseo de contemplar nuevamente la tierra, las estaciones del año con sus cambios, el color que habita en la naturaleza. “Situaciones vibrantes que sentí que se enlazaban con mi deseo”, cuenta el artista.
Empezó fotografiando las plantas de su casa y haciéndose autorretratos. El proceso secuencial incluyó fotos, composiciones y bocetos digitales, para luego dar el salto a pinturas de gran formato que condensan la vida en primer plano. Con líneas limpias y colores intensos, Marina crea paisajes donde la naturaleza prevalece sobre la imagen humana: el sujeto se desvanece ante la maravilla.
En el texto de sala, Nicolás Cuello escribe: “Naturaleza moderna, la exhibición actual de Hernán Marina, abraza la exigencia dócil de este arduo trabajo que implica el cultivo, la recuperación y la escucha hospitalaria que ofrece la práctica del retiro, del encierro y la renuncia voluntaria a los significados complejos que la posibilidad de un jardín necesita. En el conjunto de pinturas de gran tamaño que componen la muestra, Marina crea un relato no lineal, más bien destellante y espontáneo, de momentos de intensidad accidental, de belleza autónoma y de inmersión subjetiva en la cotidianeidad de quien crea un parque a su medida: para escapar del tiempo, para descansar de la historia o clausurar, momentáneamente, la operatividad del significado a través de las líneas zigzagueantes e imprecisas de una verde nervadura”.
Hace tiempo que Marina indaga en la naturaleza. Sociólogo de profesión, su mirada micro y macro social siempre está presente en su obra. En 2016, en el marco de Dream Come True, la muestra retrospectiva de Yoko Ono en el MALBA, participó en The water event con una planta gigante que colgaba del techo y que dedicó a las víctimas de discriminación o censura por su orientación sexual. Luego en 2017, en la muestra Naturaleza. Refugio y recursos del hombre presentada en el Centro Cultural Kirchner, invitó al espectador a crear un bosque nativo con poéticas indicaciones desde un cartel de neón. “Siembre un bosque ribereño. Incorpore pindós, timbós. Agregue salvia azul y ceibos rojos. Plante un sauce criollo, enrede una pasionaria. Deje crecer con la lluvia y el sol. Desparezca”, decía aquel cartel. En aquella pieza la naturaleza, como en esta exhibición, ocupa el centro de la escena. En su estado más puro, es capaz de opacar al hombre.
Marina Oybin