Montevideo
Jorge Caraballo, Haroldo González, Clemente Padín y Teresa Vila
En Uruguay, en el período histórico comprendido entre el segundo gobierno de Luis Batlle Berres (1955-1959) y el comienzo de la dictadura cívico-militar en 1973, se produce la crisis del “Uruguay clásico”. Es decir, las características míticas que definían la sociedad uruguaya como amortiguada, hiperintegrada, partidocrática y frágilmente próspera, sufrieron una crisis que desdibujó profundamente las relaciones económicas, políticas y sociales del país.
En la escena cultural montevideana se produjo un cuestionamiento profundo de las prácticas artísticas, como también del quehacer social del creador. El artista en su accionar debía escapar de las formas tradicionales de producción, presentación y circulación, adquiriendo compromisos que lo conectaran con la realidad social y política que se vivía y, al mismo tiempo, llegar a la mayor cantidad de público posible.
Así, en el contexto de las artes visuales -permeable a la circulación internacional de información- se produjo una extrema porosidad con los ámbitos del teatro independiente, de la poesía experimental, la gráfica de prensa escrita y la producción artesanal.
En la segunda mitad de la década del 60, cuatro artistas se destacan tanto por su radicalidad como por su singular trayectoria: Jorge Caraballo (1941-2014), Haroldo González (1941), Clemente Padín (1939) y Teresa Vila (1931-2009).
La exposición Montevideo presenta por primera vez un conjunto significativo de obras claves de estos cuatro artistas fundamentales, realizadas durante ese convulsionado período.
Teresa Vila es un caso particular, que todavía no cuenta con un estudio profundo ni con la atención de los historiadores contemporáneos del conceptualismo latinoamericano.
Vila tuvo una formación tradicional en la Escuela de Bellas Artes, tanto en dibujo y pintura como en las técnicas de grabado, y comenzó a exponer a finales de los 50, destacándose en la abstracción informal, en una escena dominada por hombres. A mediados de los años 60 incorporó a su pintura la temática de los conflictos bélicos, como la guerra de Vietnam; pero será en la integración de sus intereses por la literatura y el teatro donde la artista romperá la lógica de su producción convencional. En 1962 comienza a concebir unos eventos llamados Acciones con tema, los cuales desarrollará durante la segunda mitad de los años 60 y comienzos de los 70. El primero, llamado Ambiente temático, fue realizado en el Club de Teatro en julio de 1966. En éste, el público era invitado mediante unas consignas escritas en papel y repartidas, a realizar diferentes acciones como recitar textos o comer alimentos.
La serie de siete obras llamada Las veredas de la Patria Chica sintetizó, en un contexto de degradación social y político, el interés de la artista por los procesos históricos y políticos. El pasado fundacional de la patria chica (Uruguay) es evocado por la artista en una construcción visual de una extrema originalidad, donde se combinan fragmentos de emblemas nacionales, texto y calcos de las tradicionales veredas montevideanas.
La exposición Montevideo presenta la carpeta de siete litografías que componen la obra y un boceto preparatorio, realizado en 1969 en grafito sobre papel.
La trayectoria de Clemente Padín como artista visual es totalmente atípica en el contexto del arte uruguayo. Formado en literatura, funda y dirige con un grupo de jóvenes poetas, las revistas Los Huevos del Plata en 1965 y posteriormente, en forma individual, OVUM 10.
En la segunda mitad de los años 60, Padín articula una importante red de contactos con otros artistas, entre los que se destacan: Dámaso Ogaz de Caracas, Guillermo Deisler de Santiago de Chile y Edgardo Antonio Vigo de La Plata, con quienes intercambia publicaciones.
Estos intercambios produjeron en Padín un fuerte impacto, ya que pudo relacionarse con una vasta red internacional de creadores vinculados a múltiples prácticas experimentales.
En 1967 Padín comenzó la serie de obras llamadas Texto y en 1968 Signografías, que fueron experimentos formales dentro de la poesía visual no semántica. Estas obras, como otras prácticas de la poesía visual realizadas durante la segunda mitad de la década del 60 en la región, llevaron a que los límites entre el universo de la literatura y el de las artes visuales, se tornaran extremadamente imprecisos.
Jorge Caraballo fue el precursor del arte óptico-cinético en Uruguay y, desde comienzos de los 70, una referencia fundamental en América del Sur en las prácticas de la poesía visual y el arte correo. También, junto a Haroldo González, fue representante del arte de sistemas en Uruguay, participando de las actividades del Centro de Arte y Comunicación (CAyC) en Buenos Aires y a nivel internacional.
Después de un período de tres años en París, donde participó en la séptima Bienal de París, Caraballo conoce en Montevideo a Clemente Padín, con quien mantiene durante una década un intenso intercambio.
La exposición presenta un conjunto significativo de obras de ese período, relacionadas con las prácticas de la poesía visual, como Texto y Signografías de Padín y Urugu(ay), Constitución y SOS, de Caraballo. También incluye obras pertenecientes al arte de sistemas, como Desinformación, La palabra paz o Anteproyecto para abolir cinco calles de Caraballo y experimentaciones como las performances de Padín Tema y variaciones y Por el arte y por la Paz.
Por último, se presentan dos obras claves de Haroldo González: Dibujo en 5 lecciones de 1972 y El gran zoo de 1973. Las obras producidas en la segunda mitad de la década del 60 por González combinan pintura con dibujo y collage, que incluían en algunos casos textos, clara referencia tanto al foto-collage político (John Heartfield, Joseph Renau) como al pop art anglosajón. Dibujo en 5 lecciones y El gran zoo son consecuencia del interés por la utilización del lenguaje escrito y, con éste, de las posibilidades de generar eventos que propicien la comunicación. En estas obras, el artista genera un espacio de participación del público que, a través de su accionar, activa reflexiones sobre el lugar del creador en la sociedad, la autoría y el aura de la obra. Así la performance y la pedagogía se transforman en herramientas de reflexión sobre el estado del arte y la cultura en relación a la libertad del individuo.
Este período termina dramáticamente a mediados de los años 70, en plena implantación de un gobierno militar, con el retiro paulatino de la actividad pública de Teresa Vila, la detención y encarcelamiento de Clemente Padín y Jorge Caraballo, acusados de “escarnio y vilipendio a la moral de las Fuerzas Armadas” y el exilio de Haroldo González en Sudáfrica.
Manuel Neves
Curador independiente e historiador, especialista en arte latinoamericano. Diplomado con distinción en teoría y práctica de las artes y el lenguaje en la EHESS París, Francia. Ha realizado proyectos curatoriales y prologado exposiciones internacionalmente. Ha escrito tres monografías sobre arte uruguayo y una sobre arte brasileño.