JUAN PABLO RENZI. Momento reflexivo
Si las estructuras primarias surgieron como una forma de reflexión sobre las condiciones mínimas del arte –una suerte de vuelta del arte sobre sí mismo para cuestionar su propio estatuto–, los planteos minimal de Juan Pablo Renzi también surgieron en un momento reflexivo, exploratorio, volcado hacia el concepto e interesado en cuestionar la praxis artística.
Sus obras minimalistas corresponden al período de trabajo experimental junto al Grupo de Arte de Vanguardia de Rosario, desde el cual no sólo intentaba romper con las formas tradicionales del arte, sino que buscaban nuevas tácticas y modos de hacer. Fueron realizadas en la etapa que sucedió a sus pinturas de gesto expresionista y precedió el desenlace crítico de Tucumán Arde, período que para la escena cultural argentina también actuó como preludio de las manifestaciones artístico-políticas del 68.
Entre estos trabajos minimalistas realizó la serie “Representaciones sólidas del agua y otros fluidos”, con obras como Cubo de hielo y charco de agua o Representación de la forma y el volumen, en proporción, del contenido en agua del lago del Parque Independencia (Lago) que, ya a mediados de 1966, empujaban el concepto de representación hacia el límite.
Interesado en cuestionar los esquemas usados para ordenar la realidad, sus planteos buscaban desplazar al espectador habituado a la contemplación hacia situaciones aparentemente paradójicas. En 1967 comenzó una serie de espacializaciones que, por un lado, giraron alrededor de la percepción del vacío y, por otro, abordaron el volumen desde el punto de vista de la capacidad, partiendo de un contenido determinado y cuantificado. Estos trabajos no sólo intentaban deshabituar la mirada sino también involucrar al espectador para provocar una situación reflexiva.
En la serie “Paisajes” de 1968 desarrolló el concepto a partir de una geometría elemental pero con la intervención de imágenes figurativas. Estas obras plantean los límites de un paisaje mínimo, centrado, con un ángulo de visión que desafía todas nuestras expectativas frente a la mirada panorámica que caracterizó al género paisaje a través de la historia del arte.
Estas producciones de Renzi participaron en las más importantes exposiciones que reunieron las estructuras primarias de la época. Aunque confiaba en el arte como un verdadero factor de cambio, en el marco del trabajo grupal comenzó a cuestionar la eficacia de este tipo de obras para lograrlo. La misma actitud reflexiva que en 1966 lo había impulsado a realizar sus primeros trabajos minimalistas, lo llevó a tomar la decisión de entrar en la acción directa para comenzar una nueva etapa en la construcción de la cultura alternativa que se habían propuesto. Aun cuando esos objetivos se truncaron, los ideales, obras y acciones de ese período imprimieron una huella persistente en la historia de la cultura latinoamericana.
Cristina Rossi