Abdulio Giudici

Equilibrio y pureza

Abdulio Giudici

 

Viviendo y estudiando en Buenos Aires, Abdulio Giudici conoció la obra de artistas abstractos que en los años 40 irrumpieron en el campo artístico de la mano de Tomás  Maldonado (entre otros) y de la revista Arturo. A partir de 1948, sus búsquedas se van acercando a una abstracción en la que irán desapareciendo la profundidad y la volumetría, así como la modulación del color.

Los planos lisos se van a ir acomodando en el espacio, en una relación de arriba/abajo y no de adelante/atrás. Giudici llegará a la supresión del espacio naturalista y la composición será cada vez más rígida y pura, los bordes cada vez más netos. La iluminación perderá puntualidad y estará dada por los valores más altos.

Se irá imponiendo la relación matemática y simétrica; se irá perdiendo el concepto de figura / fondo; se irán consolidando los colores primarios y secundarios, el marco cuadrado, la sección aurea y las figuras abstracto/geométricas.

En los años 50, el artista se acerca más al equilibrio, a la armonía, a la rigurosidad de las proporciones y a la búsqueda de una “pureza” en su arte.

Cuida celosamente la consonancia de formas y colores, respetando la integración de toda la superficie del soporte como tema de su pintura. Ésta es cada vez  más ascética y se desliga definitivamente de cualquier mensaje que no sea el puramente formal.

Durante la década del 60, Giudici se dedica a experimentar con imágenes cambiantes. Se mueve en un reticulado de cuadrados, rectángulos o rombos cuyos colores son equitativos e igualitarios.

Las imágenes se texturan visualmente, comienza un juego de avance y retroceso que lleva al movimiento virtual, anunciando su incursión en el arte óptico y cinético.

Desde mediados de esta década, Giudici relega el color y mediante blancos, negros y a veces algún gris, genera juegos de vibraciones, rotaciones, extrañezas e inestabilidades. La geometría de sus obras ya no es estática e inmutable sino que parpadea, palpita.

Por los años 70, aparecen en su producción obras de tres dimensiones con la pretensión de unir pinturas y escultura. Vuelven los colores, pero manteniendo las bases matemático-geométricas de las que ya no se desprenderá nunca. Utiliza la luz artificial, espejos y cristales para lograr aspectos cambiantes.

Abandona momentáneamente el soporte cuadrado e incorpora otras figuras geométricas. Ordena, distribuye, reparte, equilibra formas y colores buscando una representación del orden y la armonía universales. Toda está medido racionalmente, Giudici quiere un arte que se distinga por su actitud intelectual.

En los años 80, la participación del espectador será necesaria en las llamadas “Cajas Mágicas”, obras que pueden ser manipuladas produciendo sorpresas visuales. En las pinturas de estos años aparecen todos los colores del espectro, luminosos y alegres.

Durante la década del 90 el orden, la simetría y otros conceptos básicos de su obra, dan por  primera vez un paso al costado y permiten algunas imágenes donde la casualidad, el azar y lo eventual tienen su pequeño espacio.

Continúa trabajando piezas de tres dimensiones y realiza gran cantidad de móviles, todos ellos de colores planos y saturados.

Hoy es el referente fundamental de una estética que rechaza la figuración, la expresión, el simbolismo y, en definitiva, la representación como mímesis de la realidad circundante. Según su criterio, la obra debe presentar sus elementos básicos: formas, colores, planos y  no referirse más que a su propia realidad.

Estamos frente a la negación de la perspectiva, la exaltación de lo bidimensional, la geometrización, la combinación de formas y colores mediante armonía, equilibrio y simetría. Ante una imagen plástica que vale por sí misma y no por lo que representa.

También se interesa por el acercamiento entre las diversas artes y por la utilización de nuevos materiales. Aspira a una relación directa entre arte, diseño y vida cotidiana. De estas variantes sigue también siendo un referente fundamental.

 

Socorro Cubillos

Licenciada en Historia de las Artes Plásticas -Maestría de Arte Latinoamericano (tesis en preparación) FAD UNCuyo-, docente, gestora y curadora.